La burundanga, o técnicamente escopolamina, es una droga usada para robos, violaciones y extorsiones como provoca alteración de la conciencia y pérdida de voluntad en la víctima. Tratándose de una sustancia incolora e inodoro, la burundanga puede ser fácilmente añadida a bebidas y comidas o hecha inhalar sin que la víctima se de cuenta. Gabi es un querido amigo argentino que vive en Colombia hace varios años y nos compartió sus desventuras.
1° burundanga. Bogotá
“Estaba en el parque de la 93, medio borracho, se me acerca esta piba bonita y me empieza a tirar onda. Yo le sigo la corriente hasta que me avisan <<Cuidao con las viejas aquí>> pero yo canchero le contesto <<Tranquilo flaco! Yo soy del barrio Flores, Buenos Aires!>>. A los 10 minutos, me empiezo a sentir muy borracho. Pero borracho raro. Perdido. Siento que algo está mal, no entiendo nada. Lo único que se me ocurre es pedir ayuda por BlackBerry Messenger que se usaba en ese entonces. Un mensaje completamente incomprensible. Además un mensaje que podría escribir cualquier borracho. No funciona obviamente. Entonces ahí, con mis últimas voluntades, me saco una selfie y la subo a Facebook con escrito: <<erA reamebye cesari ber dibki?>> mientras quería escribir <<era realmente necesario hacer esto?>>. BLACK OUT. Después de eso me acuerdo solo pocas secuencias, una más turbia que otra. Estoy frente al cajero, la mina me tiene agarrado y me está ordenando sacar plata. Yo lo hago porque ya no tengo voluntad para oponerme, estoy re pasado, pero al mismo tiempo es como si fuera consciente que me están robando entonces saco siempre 20’000 pesos colombianos que son 5 dolares, osea el minimo, y la piba que me regaña <<Sacá más! Sacá más!>>. Después me suben a un taxi, ni idea donde me estaban llevando. Yo ya fuera de control empiezo a mearme encima. No paraba de mear te digo. Me meo tanto que me sacan del taxi a patadas y me tiran a la calle. No me acuerdo nada más”.
2° burundanga. Bogotá
“Otra noche estaba en Colombian Pub, me quedé hablando con varias minas, saco el número de una y después de chatear tres días tenemos una cita. La piba cae con cinco amigas y de una me sorprende porque rechaza la plata del Uber. Pienso: que bien, la chica es distinta. Vamos a un boliche no sé qué, bailamos, escabiamos, al final el lugar cierra, nos despedimos de las amigas y yo voy pidiendo un Uber para llevármela a mi casa. Mientras esperamos, una de las amigas vuelve y dice <<no me aceptaron el taxi, puedo ir con ustedes?>>. Bueno ahí pensé: acá sale trio. Vamos a mi casa. Yo todo contento abro una Sky vodka, sigue un faso y de repente BLACK OUT. Esto ocurrió el viernes, me despierto el sábado por la noche casi veinticuatro horas después. Todo robado. Laptop, iPhone, llaves, pasaporte, todo. Hasta la nevera me vaciaron las hijas de puta. No sabía que hacer, no tenía ni plata, ni manera de comunicarme. Entonces me fui a la casa de mi amigo, pero seguía muy mal. Hasta me caí en un charco re sucio cruzando la avenida. Cuando el tipo me abre la puerta se me caga de risa porque yo tenía la cara toda embarrada por la caída. Estaba impresentable. El domingo todavía seguía así y el lunes tuve que presentar un proyecto para la empresa en pedo.” Martin le pregunta: “No fuiste al hospital?” “No. No se me ocurrió, estaba re drogado”.
3° burundanga. Bogotá
“La tercera fue la mejor. La mina me drogó pero no le alcanzó. No sé si porque no me tomé todo o porque ya estaba vacunado. De todos modos me levanté temprano y la encontré lista para salir con mi tarjeta de crédito en la mano. La mina estaba esperando el cambio de portería para escaparse, porque si no hubiese sido medio sospechoso. Entonces todo roto le pregunté <<Flaca que haces con mi tarjeta?>> y la piba me contestó que se la había dada yo. Llamé la policía y la arrestaron. Una hermosa revancha. La verdad fue como marcar el 1-2. Casi le perdì el miedo a la burundanga. Se venia la remontada”.
4° burundanga. Medellín
“Desde que me había mudado a Medellín la burundanga había desaparecido de mi vida. Hasta otra dia. Matché esta mina en no sé que mierda, empezamos a chatear, yo estaba cocinando pizza y le tiré de venir a cenar” “parà Gabi, esta vez le revisaste el Instagram antes?” Le pregunto. “Si le pedì el Instagram pero me dijo que no lo tenía porque le habían hackeado la cuenta y no sé porque pero me pareció creíble. Pero sobre todo cuando yo la invité, la mina me dijo que no, que le daba miedo ir a mi casa sin conocerme, así que ni dudé. Y luego me tiró si podía ir con una amiga, así estaba más tranquila y yo acepté de una. Comimos, tomamos y al rato BLACK OUT. El chico de la portería me dijo que al verlas salir se enteró que algo estaba mal, y claro la puta que te parió, hasta la licuadora se estaban llevando. Entonces me preguntó en chat si estaba todo bien y yo le contesté <<Todo ok>>, en realidad eran las minas que le estaban contestando con mi celular, habían cambiado la huella para desbloquearlo. Bueno al final el tipo sube a mi departamento a controlar y encuentra la puerta abierta, yo re pasado, entonces llama la ambulancia, la policía y todo. Cuando llegaron yo todavia estaba en cualquiera, dice que hasta puteaba la policía. Me chequearon que no estaba en peligro de vida, me pusieron pijama, me tiraron a la cama y se fueron. Bueno el hecho es que me robaron el iPhone, la Mac, la licuadora y otras boludeces. Hoy llamé la policía, hice la denuncia y todo. Pero no termina acá. Al final logré acceder a iCloud y encontré estas dos fotos de las chicas en tetas. Todavía no logro entender si se las saqué yo o se la sacaron ellas mientras yo ya estaba drogado”.