CALI
A lado del boulevard del rio, la carrera 33 con calle 10 es toda una rumba. Esto está que explota parce. Los pocos carros o motos que intentan pasar se demoran una eternidad en avanzar entre la multitud. La gente baila con una pasión, una energía y una sensualidad descomunal. Cali me hace acordar a Cuba. Ambas tienen alma afro latina. Ambas tienen sangre caliente. Me fascina la rumba, la calle, el caos, la gente bailando, tomando trago, metiendo perico, dándole con todo. Me sorprende que mucha gente no venga solo para gozar sino que haga parte en este recital colectivo al aires libre donde cada uno se lleva un instrumento, un aparato o cualquier objeto idoneo de sumarse al ritmo. No hay alguien en particular que esté tocando, la música fluye en la multitud. Inagotable como el rio que atraviesa la ciudad. “Cuidao!” Me doy vuelta justo mientras la gente se está abriendo a mis espaldas. Alcanzo a ver un charco de sangre. Unas gotas que se alejan de eso como a indicare una pista/direccion. Un man en moto se para y se voltea para limpiar la parte posterior del vehículo llena de sangre. La limpia tranquilamente con unas servilletas. Como si no fuera sangre. Sin apuro, ni preocupación. Terminado el asunto, la moto se va. Rapidamente recuperamos ese espacio, repoblando el vacío. Como si nada, volvemos a bailar. Volvemos a disfrutar.
Hermosa y salvaje. Cali es así. Caliente.
BARRANQUILLA
Cuando le dije que me iba a quedar en San Roque mi amiga barranquillera intentó convencerme que tenía que cambiar alojamiento, que me iban a atracar, que me iban a robar. Yo lo pensé un rato. Pasa parce que el hotel Habibi era el último alojamiento a un precio razonable en toda Barranquilla por las fechas del carnaval. Las alternativas eran 300 dolarés más caras. Ponle que me iban a robar las cuatros noches al hilo. Aún así me iba a salir más barato. Entonces me quedé con mi habitacion en el hotel Habibi con vista panoramica. Pura calle parce. A eso vinimos o no?!
Anoche estaba rumbiando en Cali y como tenia el vuelo en la madrugada, me fui directo para el areopuerto. Llegue a la mañana, me pegué una siesta, despues me bañé y salí pa’ la calle 40. Pal carnaval parce. Pa’ la hijueputa rumba. Disfruté del desfile. Chimba parce, pintoresco, entretenido pero no comparable con los de Rio de Janeiro. Eso es otro nivel artistico y de produccíon tambien. Terminada esa vaina me fui pa’ la 50. Baila la calle se llama esta chimba ‘e rumba. Porqué literalmente es una rumba callejera de seis cuadras. Brutal parce. Jamas vi algo así en mi vida. Todo bien con el desfile brasilero pero hasta ahí, cuando se empieza a bailar Colombia es inalcanzable. Compro una boleta de la que estan revindiendo y me meto al infierno. Cada cuadra tiene una o mas tarimas con distintos generos musicales. Hay para todos los gusto. Pero hay tanta gente parce que toca nadar pa moverse de una cuadra a otra. Objetivo de la noche: divertirse responsablemente. Mejor dicho, me quiero descualquierar pero no que me emburandanguen. Medidas necesarias: comprar y gestionar mi ron. Me da mucha risa que lo vendan en carton. El formato me viene bien igual, lo abro, lo tomo, lo ofrezco y lo cierro. Todo esta bajo control. Todo va a salir bien.
3 horas despues.
Ay marica, estoy mas hijueputa borracho que Diomede Díaz el 24 de diciembre. Mi cerebro es un jacuzi lleno de ron y monos que gritan enloquecidos y se clavan a loco como si fuera una piscina. El hijueputa infierno. Estoy flutuando en la multitud. Conociendo docenas de grupos y perdiendolos con la misma rapidez. Ya veo todo ofuscado. Como si hubieran bajado la nitidez a -100. Me habia prometido cuidar. Primer dia aquí. Solo. Pero parce esa vuelta no saliò ajajaja. Se jodio todo parce. Es mas, intenté cuidarme de la burundanga, pero parce aquí la gente te sopla maicena en la cara todo el tiempo, a todo momento. Y yo como hago pa’ entender si esa mierda es maicena o burundanga? Ni modo parce. Ya. Ya estoy entregao. Que me la metan. Por la nariz, por la boca, por donde sea. Juguemos esta ruleta rusa. Hagale. No estoy extrovertido, estoy imparable. Estoy pa’ que me metan preso. Me sumo a cualquier gallada, colombianos, extranjeros, me vale verga todo. Me parcho de una, como sea, con quien sea manito. Totalmente al garete. “Ay maricas, vengan, les tengo un jueguito pues. Parceros si ustedes me adivinan de donde soy yo los invito todos a un trago. Haganle jueputa!” Y todos se meten. Están todos re borrachos, pero quieren estar aún más borrachos. Como yo jueputa jajajajaja. “Usted es de Medellín señor” “No parce” “Como asi? Pero uste es colombiano verdad?” “Tampoco omme!” “Y de que pais?” “Adivinen pues que yo los invito a todos a tomar roncito parce. Hagale! Hagale!”. Y me rio. Parce me cago de la risa. Ellos tambien. Y más lo intentan más me rio. Y siempre mas gente que les voy preguntando y nadie que le pega parce. Ni se acercan marica. Piensan que soy latino. Jueputa que chimba ser latino. “Para mi tu eres de Francia!” “Ay gonorrea! Parce, usted me puede decir malparido, me puede decir hijueputa, me puede decir morrongo, mejor dicho me puede decir cualquier atrocidad menos que francés jueputa!”. Y nos reimos desaforadamente. Casi nos caemos de la risa.
El tiempo pasa tan rapido que ni siquiera me doy cuenta de cuando terminò la fiesta. Ya estoy en una calle segundaria, buscando un taxi que me estafe un poco con la tarifa pero que no me robe descaradamente. “Pa’ donde va?” “Calle 30 con 32 parce” “y donde queda eso?” “San Roque parce” “Ah no no, esa es zona roja” “Que zona roja y zona roja, està muy tranquilo pa’ alla parce, hay dos gasolineras, no se procupe, vamonos parce”. El parcero me mira, pero yo ya me le meti al carro. Ya ni modo. “Bueno” me dice y arranca pal hotel Habibi.