Una noche loca en Bangkok
Una noche loca en Bangkok

Una noche loca en Bangkok

0-0 en Koh Phangan. Un empate que está bien para todos. No la metimos, pero tampoco nos la metieron. Y no era tan obvio dadas las circunstancias. Ya vamos a tener otras oportunidades para abrir la tabla de marcadores. De hecho, la primera ya esta noche. Acabamos de aterrizar en la ciudad pero ya arreglé una cita doble. Siempre que podamos llegar al centro. Bangkok es el caos. Hace un calor húmedo, pegajoso. El aire es pesado. Casi irrespirable. Hay un tráfico infernal. Todos tocan la bocina, pero nadie puede moverse. Las calles están repletas. Carritos, puestos, vendedores ambulantes, peatones, colectivos, coches, motos. Es un tetris sin salida en el que se sigue a paso de tortuga. Apenas llegamos al hotel, nos duchamos y ya es hora de salir de nuevo a la jungla urbana.

Al llegar al bar, conocemos a Path y Kwan. Dos tai hermosas. La comunicación no es la más fluida. Ninguno de los cuatro habla bien inglés, pero hay buena vibra. Las minas parecen entusiasmadas. Nosotros aún más. Estamos en Bangkok la puta madre. Todavía no me doy cuenta. Después de un par de rondas de tragos nos movemos hacia el centro de la vida nocturna. Khaosan Road está abarrotada, repleta de jóvenes, tanto turistas como locales. Las luces y los letreros luminosos dominan el campo visual. Parece una versión asiática en miniatura de Las Vegas. Es difícil caminar todxs juntxs. Los ambulantes tratan continuamente de vendernos cualquier cosa. Como escorpiones o cucarachas fritas. Veo un banquete de carne, y un cocodrilo escamado está girando a lo spiedo. Puta madre. Alucinante.

Después de una vuelta completa, agotadxs por la marea humana, decidimos entrar en el primer disco pub que encontremos. Probablemente ninguno de lxs cuatros tiene ganas de bailar, pero todxs nos entregamos al clásico ritual para empezar a chaparnos. Path es increíblemente voluptuosa para ser asiática. Entre un culo perfecto y unos senos desbordantes, lo que más me sorprende es la cintura. Casi puedo ceñirla completamente con dos manos. Es tan flaca que parece un reloj de arena. Es sinuosamente maravillosa. Al tercer trago ya estoy completamente perdido en su mirada oriental. Me estoy entregando a mi primer amor asiático, cuando ella me dice “¿qué pasa con tu amigo?” “¿Por qué? ¿Qué pasa?” “No quiere besar a mi amiga, dice que está comprometido” “¿Qué?” “¡Està de novio!” “No, espera, debe haber un malentendido. Discúlpame un segundo”. A regañadientes dejo las curvas tailandesas y agarro el hombro de Mario. “¿Qué pasa bro?” “Mah, nada” “¿Cómo nada? ¿Por qué le dijiste que estás de novio?” “¿Por qué estoy de novio” “¿QUE?” “Sí, estoy de novio” “¿DESDE CUANDO BOLUDO?” “Es una larga historia, se trata de la china, la que conocí en Roma, que alcanzaremos en Pekín. Te conté ¿no? Bueno, no estamos juntxs pero casi. Es decir, nos prometimos que nos vamos a ver allí y que mientras tanto no garchamos con otrxs”. Ay, la puta que te parió Mario. No lo puedo creer. Lo único que puedo decir es: “¿Pero ya cogieron?” “No”. 

Quedo desconcertado. Inconscientemente llevo una mano a mi sien, como si de repente me hubiera agarrado una migraña. Entre los dedos apoyados en la frente, veo que mi tailandesa se aleja. Quizás para siempre. En un instante paso de un estado de éxtasis a uno de pre-desesperación. En realidad, Path y Kwan, sólo están yendo al baño, pero es evidente que la situación está casi irremediablemente comprometida.

Mario. La renegrida concha de tu madre. ¿Cómo carajo se te ocurrió esa movida suicida? Tengo cinco minutos para tratar de hacerlo razonar. Cinco putos minutos. “Bueno, primero, estamos en Bangkok, por tres días, ¿qué mierda crees que va a pasar si te la comes? La china jamás se enterará. ¿Y qué es eso de que están juntxs si ni siquiera garcharon? Dale boludo. En serio. Piensa si luego te la coges y el garche es una mierda. Te vas a arrepentir toda la vida de esta noche. Encima hermano ¿me haces arreglar una cita doble y solo ahora salis con esta cagada que estás de novio? Dale, la puta madre. Se va todo al carajo así. También la mía”. Mario entiende perfectamente, pero parece no estar convencido. Me deja con un emblemático “no sé hermano”. Y va a sentarse afuera.

Se fue todo a la mierda. La perdì. Asì. Por una boludes. La tailandesa más hermosa que vi en toda mi vida será solo un sueño destrozado. Ya la veo, destacando en la larga lista de los arrepentimientos de mi vida. Qué desastre. Y todo por ser altruista. Para hacer una cita doble. La puta que me parió.

Cuando las chicas vuelven nos sentamos afuera. Seguimos tomando y charlando, pero la atmósfera ya es distinta. En un lado de la mesa yo y Path, en sintonía, en el otro Mario y Kwan, uno indiferente, la otra ofendida y distante. Es tan evidente que nos pone incómodxs a todxs. Parece un callejón sin salida. Pero, de repente, cruzo la mirada Mario y lo imploro con los ojos. Y me dice: “¡Dale loco, te hago el favor! Voy a su casa para que tú vayas al hotel con ella”. El ‘favor’ que me hace. Que hijo de re mil putas. En cuestión de segundos, la situación se desbloquea y partimos hacia nuestros respectivos destinos.

Path desnuda es aún más hermosa y próspera de lo que parecía. Al toque, la habitación del hotel se convierte en un set porno. Ella grita incesantemente. Sin parar. Como poseída. Todo parece confirmar lo que se cuenta sobre el tamaño de los asiáticos. Durante la segunda ronda también empieza a decirme “TE QUIERO”. Me hace sentir Dios en la tierra. Es tremendo. La adoro. Casi siento que no le miento cuando le contesto “yo también te amo”. Después del tercer round, me quedo dormido entre sus tetas. 

Mario vuelve al hotel a las 15:45. “Bueno, estábamos en su casa, yo no quería hacerlo, pero nos estábamos besando, todo… Y nada. Al final, garchamos como chanchos, toda la noche. Una locura hermano. No sabes. Dedos en el culo. Chupadas. Cosas. ¡De todo!”. Estallo en risa y pues empiezo a sacudir la cabeza. Por suerte que estabas de novio, la puta que te parió.

P.S.* Al cuarto día dejamos Bangkok dirección Shanghai. De las tres noches reservadas, Mario nunca durmió en el hotel, abandonándose siempre a noches de sexo desenfrenado en el depto de su tailandesa.

P.S.** Luego de salir del país, Mario sigue manteniendo una comunicación densa con su tailandesa, a pesar del vocabulario inglés de ambos que ni llega a veinte palabras.

P.S.*** En China Mario queda decepcionado por su “novia” china después que ella le comunica su intención de no volver a Italia antes de seis meses. Los dos se van a la cama y el sexo es pésimo. Mario confiesa en este punto su traición. Se arma un quilombo de la puta madre pero al final, inexplicablemente, sale alto polvo. A principios de septiembre Mario y yo regresamos a Italia. Él se declara soltero.

P.S.*** Noviembre. Mario me llama y me cuenta que ya compró los pasajes. Volverá a Tailandia para pasar Navidad y Año Nuevo con su tailandés.

P.S.**** Enero. Mario vuelve de Tailandia con intenciones serias. Quiere llevarse su tailandesa a Italia.

P.S.***** Marzo. Cuando todo parece hecho, la pandemia cambia los planes. La tailandesa no puede viajar más a Italia.

P.S. ****** Mayo. Mario se deja con la tailandesa y se compromete de nuevo con la china que mientras tanto volvió a Italia. Hasta ahora, los dos conviven felizmente.